Vivimos acelerados. Con el celu en la mano, con la cabeza en mil lugares, con la presión de mostrar todo. Pero, y si soltás un rato? Y si no estás para nadie más que para vos?
No te digo de poner el celu en modo avión mientras lo mirás cada cinco minutos. Hablo de desconectar posta. De no estar disponible y de sentir que está bien hacerlo.
1. Salí sin auriculares.
Escuchá el viento, los autos, los pájaros, tu respiración. El silencio incomoda al principio, pero después se vuelve necesario. Apto para porteños (no vayas por Av. Santa fe)
2. No te vistas para nadie.
Ponete ese sweater que te gusta. El pantalón que usás cuando sabés que nadie te va a ver. Sentite libre en tu propia ropa. Si es Manki, mejor. Perdón, tenía que decirlo
3. Celu en “no molestar”
No lo silencies. Apagalo. Quién dijo que tenés que estar disponible todo el tiempo? Si te parece una banda, poné horarios para que el celu no te suene (y agregá a tu vieja en favoritos por las dudas)
4. Escribí aunque no se lo vayas a mandar a nadie.
A veces desconectar es escuchar lo que tenés adentro. Y no siempre hace falta compartirlo. Agarrá un papel y una lapicera y escribí todo lo que se te venga a la mente, no busques se coherente, te vas a sorprender.
5. Hacé nada.
En serio. Nada. Mirá el techo, el cielo, lo que tengas arriba El tiempo también es tuyo cuando no estás haciendo nada.